El Área de Cultura, Turismo y Deporte, que dirige Andrea Levy, se ha fijado como objetivo que el traslado y conservación de los fortines de Mata Espesa puedan ser visitados y accesibles para todos los ciudadanos en su nuevo y cercano emplazamiento respecto al original. Esta actuación se enmarca dentro de la apuesta del Área por el mantenimiento, el cuidado y la puesta en valor del patrimonio histórico cultural de la ciudad de Madrid. El mismo que durante estos últimos meses están descubriendo, de una manera especial, los madrileños que optan por conocer más en profundidad su propia ciudad.
Durante la comisión del ramo celebrada hoy, se ha explicado que esta actuación se enmarca dentro de la preocupación y sensibilidad del actual Gobierno de Madrid hacia el patrimonio histórico de la Guerra Civil. Así, para entender su relevancia, se instalarán paneles informativos que contextualizarán la historia y el significado de estos bienes culturales.
El Área de Cultura, Turismo y Deporte está preparando un Plan de Fortificaciones de la Guerra Civil en Madrid capital, de la mano del Gobierno regional, que permitirá no solo conocer las fortificaciones existentes en la capital, si no lo que es más importante, cuál es su estado de conservación y qué actuaciones son necesarias a corto, medio y largo plazo para su puesta en valor.
Desde el Área de Cultura, Turismo y Deporte se ha trabajado para que los fortines fueran ubicados con idéntica orientación a la que tienen actualmente y en una zona que resulte accesible a los visitantes. La autorización para el traslado de los fortines de Mata Espesa se enmarca dentro del proyecto de ampliación de pabellones e instalaciones de IFEMA.
Los fortines se encontraban en un estado de degradación importante en una zona vallada que no es accesible al público. Actualmente, se están restaurando conforme a las indicaciones del Ayuntamiento y previa autorización de la Comisión Local de Patrimonio Histórico.
Una vez conocida la situación detallada del estado de estos bienes culturales, se presentó un proyecto en el que se justificaba la imposibilidad de mantener los fortines en su emplazamiento actual y en el que se proponía su traslado a una nueva ubicación a 100 metros de la actual para no perder su contextualización histórica.
La Comisión Local, a instancias del Ayuntamiento, emitió los requerimientos oportunos para que con la autorización del traslado no sólo quedara garantizada la adecuada conservación del bien cultural, sino que, además, se pusieran en valor los fortines.
El traslado, a cargo de IFEMA, se acometerá con una grúa hidráulica y con una serie de estructuras para que en todo momento quede garantizada la conservación del conjunto. Tras este proceso, se instalarán las bases de las ametralladoras, previamente desmontadas y restauradas, y se procederá a la limpieza y restauración del conjunto, que se protegerá con un tratamiento especial.
Además, se recrearán los 43 metros lineales de trincheras que se han podido documentar, creando un sistema que facilite la evacuación de aguas para evitar el deterioro de las trincheras y de las propias fortificaciones.