El sector apícola de COAG estima una reducción media de la cosecha de miel de primavera de hasta el 70% por el excesivo calor y la sequía extrema que viene padeciendo el campo español durante los últimos meses.
Temperaturas anormalmente elevadas han acortado el periodo de floración de las plantas, lo que ha reducido de forma drástica la producción.
Las buenas perspectivas tras un positivo arranque de la primavera, con unas óptimas condiciones climáticas para la formación de enjambres, se han visto truncadas por las altas temperaturas y la ausencia de lluvias a lo largo de todo este período estacional. En general, la campaña de producción de miel se presenta muy desigual: en la mayoría de los territorios la cosecha de mieles tempranas ha sido muy corta, rondado el 50% de la de un año normal y, aunque la de polen ha sido algo mejor, sólo ha alcanzado el 60 % de la de un año normal. En algunas regiones del sureste peninsular las producciones de romero y azahar han sido prácticamente nulas.
Las perspectivas para el verano no son demasiado favorables ya que se prevé muy seco y con temperaturas por encima de la media. Esta situación provoca fuerte incertidumbre en el resultado de algunas floraciones como girasol o eucalipto, así como de los “mielatos” (miel de encina y roble) que se cosecha a finales de verano. “La situación productiva que viven los apicultores profesionales en sus explotaciones durante la campaña actual es dramática, por la baja cosecha de mieles, con enormes costes por el incremento de los traslados de colmenas y por los elevados costes sanitarios de lucha contra varroosis, urgiendo que se adopten medidas de apoyo desde el MAGRAMA”, ha subrayado el responsable del sector apícola de COAG, Ángel Díaz.