Yoel ha tenido este 23 de julio el más inesperado regalo de cumpleaños y ha celebrado su primera ‘manita’ soltando una de los cuatro rapaces que vuelan ya en libertad desde este martes. Y todo ello gracias a la nueva suelta organizada en Valdemorillo, una actividad del todo especial por hacer partícipes de la experiencia a más de 130 escolares, los niños y niñas que, con edades entre los 5 y los 8, forman los dos grupos entre los más benjamines de los inscritos esta semana en el campamento urbano de Valdemorillo. Y es que entre las muchas propuestas con las que se trabaja la temática que centra la atención de los peques estos días, el medio ambiente realmente ha servido para disfrutar a pie de dehesa de una lección inolvidable, muy válida para educar a los menores tanto en el respeto al entorno como en necesidad de contribuir también ellos a garantizar, ahora y siempre, su protección.
Para ello, nada mejor que contar con la colaboración del Centro de Recuperación de Animales Silvestres de la Comunidad de Madrid, que de este modo ha vuelto a hacer posible una de las actividades más esperadas entre las muchas que forman la agenda de estos campamentos. Y para comprobar el interés, más aún, la emoción que despierta en estos niños y niñas el sentirse partícipes la puesta en libertad de estas aves, el propio Concejal de Juventud y Deportes, Miguel Partida, ha querido participar junto a los escolares, procedió personalmente a soltar dos de los cuatros ejemplares, los dos ratoneros reintroducidos ahora para encontrar su nuevo hábitat en los parajes naturales de Valdemorillo.
Y siguiendo el ejemplo del edil, tanto Yoel como otro de los compañeros presentes en esta jornada, Javi, han dado literalmente impulso al primer vuelo de los dos cernícalos primilla con los que se completó la suelta, si bien el protagonismo recayó en realidad en todos y cada uno de los asistentes, muy atentos a las explicaciones ofrecidas por la veterinaria y uno de los recuperadores del CRAS que se encargaron de impartir la parte teórica de este día de campo, en el que no ha faltado la excursión, y, por supuesto, la curiosidad que provoca en los pequeños una convocatoria de este tipo.
Toda una clase, por tanto, la vivida hoy en uno de los privilegiados espacios en los que se enmarca el municipio valdemorillense, una muestra clara del valioso patrimonio natural que atesora esta villa y que, gracias a propuestas como ésta, “se trata de acercar algo más a los jóvenes para que desde el principio sientan el vínculo con esta Dehesa y a prendan a admirarla, respetarla y conservarla”. Y así lo destaca el Concejal del área responsable de sacar adelante esta intensa programación, en forma de campamentos urbanos semanales que “marcan la diferencia”, contando de media con la presencia de unos doscientos menores, los mismos que disfrutan de esta divertida combinación de aprendizaje y entretenimiento que les reporta una vacaciones donde se suceden talleres, juegos, excursiones, buenos ratos de piscina y tantas otras sorpresas.