Los 400 trabajadores del mercado municipal de Ventas, en el distrito de Ciudad Lineal, podrían llegar a perder su empleo en el caso de que finalmente se produzca la liquidación de la empresa, que acaba de solicitar un concurso de acreedores. El portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky, ha solicitado al Ayuntamiento que intervenga para solucionar un problema que podría llevar al cierre de uno de los mercados mejor abastecidos de la capital. En concreto, Lissavetzky pide al gobierno de Ana Botella que acepte el plan de gestión presentado por la asociación de comerciantes en febrero de este año para aplazar el pago de la deuda, lo cual atraerá nuevas inversiones y asegurará la supervivencia de la instalación.
“Es la pescadilla que se muerde la cola”. Así definió el portavoz socialista la situación de este mercado, situado en la calle Virgen de la Alegría y que abastece a una población de 50.000 habitantes. Según explicó, la asociación de comerciantes no ha cobrado los 2,2 millones de euros que le deben los antiguos ocupantes de las plantas 3 y 4 del inmueble, cuya llegada al mercado “fue presentada por Gallardón como una excelente fórmula de gestión”.
La Asociación contaba con esos ingresos que le hubieran permitido enjugar los 1,8 millones de euros que adeuda a las administraciones, principalmente el Ayuntamiento de Madrid (1,8 millones).
Se da además la circunstancia de que la “salvación” podría venir del alquiler de las plantas vacías para instalar un gimnasio, pero el inversor pide garantías de que el mercado seguirá funcionando. La asociación de comerciantes, sin embargo, no puede comprometerse a ello porque desde hace un mes se ha visto obligada a presentar un concurso de acreedores. Así, los comerciantes están a la espera de una respuesta del Consistorio, principal acreedor, a su plan de viabilidad consistente en aplazar hasta cinco años el pago de la deuda. Con este compromiso se abriría la posibilidad de obtener ayudas económicas, algo a lo que no tienen acceso en la actualidad; entraría un nuevo inquilino y el mercado seguiría funcionando.
Sin embargo, este plan de viabilidad se encuentra bloqueado. Según Lissavetzky, esto se debe a la constante “dejadez” del gobierno municipal y a los reiterados cambios de responsable de los asuntos relacionados con el comercio, lo cual ha aplazado la toma de decisiones. “No se trata de perdonar deudas sino simplemente de descongestionar la situación que salvaría un magnífico mercado”, aseguró Lissavetzky, que recorrió esta mañana sus instalaciones acompañado por el concejal socialista en el distrito y responsable de los temas de comercio, Gabriel Calles, y la diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid, Paz Martín.
El mercado funciona desde 1995, ha sido remodelado y por sus más de 80 puestos pasan cada día un millar de personas.