La Galería Distrito 001 de Madrid acoge, del 6 de noviembre al 10 de diciembre, la exposición Fuego y Silencio, donde el artista José Manuel Ciria muestra su universo de los últimos años con pinturas de enorme contundencia pictórica y obras que obedecen a planteamientos elaborados conceptualmente, como aquellos realizados sobre los fondos fotográficos de la serie Psicopompos. La entrada es gratuita y la galería se encuentra en la calle Goya, 44.
La selección de trabajos permite la confrontación de tres series diferentes. Por un lado, el guiño en algunas obras a su serie clásica Máscaras de la Mirada, realizadas de forma experimental sobre fondos que no pertenecen a la habitual conformación de la serie mencionada. Las Máscaras se mezclan con Psicopompos y con otra investigación iconográfica que obedece al nombre de Procedimientos.
José Manuel Ciria explica que cada trazo es huella y cada accidente, memoria. Las capas guardan tiempo, los signos aparecen y desaparecen, y la tensión entre caos y orden mantiene la imagen viva. El artista matiza que no busca una única lectura y prefiere que el espectador complete el sentido. Sigue creyendo en la vigencia de la pintura, en su capacidad de hacer pensar y emocionar sin intermediarios. Su territorio es un laboratorio donde cada obra es a la vez pregunta y conclusión provisional.
La exposición se convierte en un espacio de tensiones donde el espectador es apresado entre diferentes sacudidas que le obligan a observar la potencia y la belleza de la abstracción contemporánea, y a reflexionar sobre las vías de pensamiento que se abren tras el imaginario conceptual del artista.
Ciria busca una pintura que permanezca, que respire este tiempo barroco y que, con lo mínimo —un gesto, un ritmo, un borde—, consiga encender la contemplación. El artista pinta con energía y conocimiento, abraza la pintura abstracta, la dota de expresión, la nutre de inquietudes contemporáneas e invita con su producción a la representación del arte contemporáneo actual.
José Manuel Ciria (Manchester, 1960) es una de las figuras esenciales de la pintura española contemporánea. Desde su primera exposición individual en la galería La Ferrière de París en 1984, ha desarrollado una trayectoria internacional marcada por la experimentación, el rigor conceptual y una reflexión sobre el acto pictórico. Su obra ha sido presentada en instituciones como la Fundación ENAIRE (Santander, 2024), La Neomudéjar (Madrid, 2023), el TEA (Tenerife, 2015), el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (2013) o la Galería Tretyakov de Moscú (2004).
Tras una primera etapa figurativa, Ciria consolida en los años noventa un lenguaje abstracto propio, articulado en la tensión entre el azar de la mancha y la disciplina de la geometría. A lo largo de su trayectoria, Ciria ha sostenido una relación intensa con el tiempo y la memoria. Cada serie se concibe como un territorio de ensayo, donde los procedimientos y materiales mutan, pero persiste la búsqueda de una identidad pictórica siempre en transformación.

