La ciudad de Madrid ostenta el honor de albergar uno de los pocos edificios faraónicos completos que pueden verse fuera de Egipto y, por este motivo, para el Ayuntamiento es una obligación y una gran responsabilidad asegurar su mejor conservación. El Templo de Debod fue inaugurado en su actual ubicación en Madrid el 20 de julio de 1972, hace ahora 50 años y para garantizar su buen estado, el Ayuntamiento podrá en marcha un Plan de Conservación Preventiva del Templo en permanente actualización
El Templo de Debod fue donado por la República Egipcia a España en 1968, en agradecimiento por la ayuda al salvamento de los templos de Abu Simbel, en el marco de la Campaña de Salvamento de los Monumentos de Nubia. El Ayuntamiento de Madrid mostró su interés para que fuera instalado en la ciudad, haciéndose cargo de los costes de desmantelamiento, almacenaje en Elefantina y el posterior traslado a España, así como de su restauración y reconstrucción.
Sus más de 1.350 sillares originales ocupan 270 m2 de planta y el conjunto alcanza una longitud de 70 metros. Se trata del edificio de mayores dimensiones que ha salido de Egipto, muy superiores a las de los otros tres templos donados. Esas dimensiones obligaron a su emplazamiento al aire libre, aunque con el compromiso de que sería cubierto en el futuro de acuerdo con las condiciones para la cesión de los templos establecidas por la UNESCO.
Con el fin de proteger sus piedras y, especialmente, sus preciados relieves del agua de lluvia, el edificio quedó aislado del suelo, se reconstruyeron las fachadas perdidas en el siglo XIX y se cubrió su terraza. Su entorno, que abarca seis hectáreas, fue ajardinado con varias especies de palmeras y se construyeron dos estanques que rememoran su antiguo emplazamiento a orillas del Nilo.
Uno de los museos más visitados de Madrid
El templo pasó a formar parte de los museos del Ayuntamiento de Madrid en la década de los ochenta del siglo pasado. En 2007 fue declarado, a instancias del Consistorio, Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento. Su gran accesibilidad y visibilidad, derivada de su instalación al aire libre, junto a su pertenencia a una cultura tan atractiva y popular como la faraónica, han convertido al Templo de Debod en uno de los museos más visitados de la ciudad de Madrid.
En 2019, el templo recibió 237.393 visitantes, unas cifras que descendieron bruscamente en 2020 (75.966 visitantes) y 2021 (87.664) a causa la pandemia de COVID-19 y las restricciones que ocasionó. En 2022, aunque lejos de las cifras de 2019, el número de visitantes del templo ha ido incrementándose hasta las 55.226 personas que lo han visitado entre enero y junio, lo que supone un 76,6 % más que en el mismo periodo de 2021 (31.264).
Análisis minucioso de su estado de conservación
El Área de Cultura, Turismo y Deporte ha elaborado, en colaboración con la Fundación Santa María la Real, un diagnóstico sobre el estado de conservación del templo, tras 50 años en Madrid. De él se desprende que el templo no requiere de acciones inmediatas, al no mostrar afecciones o patologías de gravedad que lo pongan en riesgo.
Fruto de estos estudios, se pondrá en marcha un Plan de Conservación Preventiva del templo no estanco, que se va a ir actualizando de manera periódica.
La primera acción consistirá en remitir los resultados de los estudios realizados a las principales instituciones del país vinculadas a la conversación de bienes culturales como son: la Real Academia de San Fernando, el COAM, diversas universidades, el Museo Arqueológico Nacional o el Instituto del Patrimonio de España. El objetivo es contar con su colaboración y poder debatir en torno al tratamiento que el templo requiere, en un debate que se amplíe al ámbito internacional, con el objetivo de abordar con criterio y rigurosidad científica la toma eventual de decisiones de envergadura.
La decisión sobre los pasos a seguir para el mejor mantenimiento del Templo de Debod se tomará por tanto de manera consensuada entre diferentes administraciones y organizaciones. Es decir, la decisión no la tomará el Ayuntamiento en solitario, sino que otras administraciones, como el Gobierno de España o la Comunidad de Madrid, también realizarán sus aportaciones y, además, será necesario tener en cuenta la opinión de otros expertos.