La Sala Margarita Xirgu del Teatro Español, espacio del Área de Cultura, Turismo y Deporte, acogerá mañana, 17 de enero, el estreno absoluto de la obra Carmen, nada de nadie. Escrita por Francisco M. Justo Tallón y Miguel Pérez García y dirigida por Fernando Soto, que podrá verse hasta el 18 de febrero.
La obra indaga en la biografía de Carmen Díez de Rivera, a quien el escritor Francisco Umbral bautizó como “musa de la Transición”, y que ahora sube a la escena del Teatro Español encarnada por Mónica López, a quien acompañan en escena Oriol Tarrasón, Ana Fernández y Víctor Massan.
Durante el gobierno de Adolfo Suárez, Carmen Díez de Rivera ocupó un puesto que ninguna mujer había desempeñado hasta entonces, el de jefa de gabinete de la Presidencia del Gobierno. Fue elegida eurodiputada a finales de los 80 y murió en 1999 a los 57 años. Libre, feminista, independiente y arriesgada, fue una mujer valiente, de orígenes aristocráticos, que supo construir y dirigir su propia vida, por encima de sus circunstancias personales y sociales, lo que le acarreó soledad e incomprensión.
Tallón llevaba años obsesionado con la idea de escribir sobre ella y arrastró a su compañero de pluma hacia esta obsesión, de manera que ambos indagaron sobre la época y las circunstancias que rodearon a esta extraordinaria mujer nacida en Madrid en 1942.
En el escenario, el personaje protagonizado por Mónica López va desgranando los momentos álgidos de una intensa y desafiante carrera política, fundamentalmente el periodo que trabajó en el Gobierno de Suárez, mientras recuerda los episodios íntimos que marcaron su desdicha y su carácter.
Nacida de una relación extramatrimonial entre Ramón Serrano Suñer, cuñado y ministro de Franco en los primeros gobiernos del dictador, y Sonsoles de Icaza y de León, cuando se disponía a casarse con su novio, hijo de Serrano Suñer, le comunicaron que este era, por tanto, su hermano.
Por la memoria del personaje de Díez de Rivera y ante el espectador pasarán especialmente tres de las figuras más importantes de la historia española del siglo XX, el propio Suárez, el rey Juan Carlos y el dirigente del Partido Comunista Santiago Carrillo. La vinculación de Díez de Rivera con ellos durante el periodo de la Transición que desembocó en la legalización del PCE en 1977 constituye el centro de Carmen, nada de nadie.
A esta posición de relevancia política había llegado Díez de Rivera tras formarse en la universidad en Filosofía y Letras y Ciencias Políticas, especializándose en Relaciones Internacionales. Después de estudiar en Oxford y en la universidad parisina de La Sorbona, trabajó en Radio Televisión Española con Adolfo Suárez, durante el tiempo que este dirigió el ente público.
Una vez que abandonó la jefatura de gabinete del presidente del Gobierno, fue elegida eurodiputada a finales de los 80, primero representando al Centro Democrático y Social, el partido fundado por Suárez, y a continuación, tras marcharse de este partido, en el PSOE. Murió de cáncer en 1999 a los 57 años.
La obra, cuyo título está tomado de la letra de la canción Nada de nada de Cecilia, recrea el contexto histórico de la vida del personaje, con momentos recogidos en imágenes, audios, canciones y sintonías que confieren a la escena un carácter en cierto modo cinematográfico.
Poseedora de una voluntad firme y una mirada inteligente, Díez de Rivera tuvo el propósito de guiar a España hacia la democracia. Su fuerza y arrojo en este cometido público contrastan con su tristeza y una incapacidad para encontrar la paz interior, rota desde su adolescencia por aquel secreto familiar que conoció. Estos rasgos emparentan su vida con la de grandes tragedias como Antígona o Ariadna.
El director, Fernando Soto, ha contado con Juanjo Llorens para el diseño de iluminación, Beatriz Sanjuan como diseñadora del espacio escénico y el diseño de vestuario corre a cargo de Paola de Diego.