El Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA) ha sido incluido por la UNESCO en el Registro de buenas prácticas del patrimonio cultural subacuático, que reconoce las iniciativas emprendidas por los países miembros para promover la protección, difusión y sensibilización de la sociedad en este ámbito. La decisión se ha tomado esta mañana en la VIII Asamblea de Estados Parte de la Convención de 2001 sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, que se celebra desde ayer en París.
España suma ya seis iniciativas en el Registro de buenas prácticas creado en mayo de 2015, y se convierte en el país con más proyectos en la lista, muestra de su compromiso con los principios de la Convención de la UNESCO de 2001, ratificada por España en 2005.
En la Asamblea de Estados Parte celebrada en 2017, ya se incluyeron en el Registro la protección jurídica del patrimonio arqueológico subacuático en Andalucía; el naufragio romano del pecio Bou Ferrer, en Villajoyosa (Alicante); la prospección y excavación arqueológica del pecio Deltebre I, en Tarragona; y la investigación arqueológica en los pecios Cala Cativa I y Cap del Vol, en Port de la Selva (Girona). En la Asamblea de Estados Parte de 2019 se incluyó ‘El proyecto de la Mercedes’.
Los fines de ARQUA son la protección, investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural subacuático español, en cooperación con otros países y en colaboración con otras instituciones. Es la institución responsable de dar a conocer a los ciudadanos el Patrimonio Cultural Subacuático Español (PCSE), promoviendo su conservación para su uso y disfrute. Con estas funciones y esta filosofía el Museo responde a los principios de la Convención que España ratificó en el año 2005.
El Museo tiene amplias colecciones de materiales arqueológicos de procedencia subacuática, que abarcan desde la época fenicia hasta el siglo XIX. Los bienes proceden de yacimientos arqueológicos subacuáticos localizados en el mar territorial español y de pecios de titularidad española que naufragaron en aguas internacionales. Por otra parte, su exposición permanente dedica un espacio al Patrimonio Cultural Subacuático, incluida la Convención UNESCO de 2001 y la metodología de los proyectos de investigación.
En la actualidad, cuenta con dos sedes. Un edificio de 6.000 m2, en el centro de la ciudad, donde se ubican, además de la exposición permanente, una sala de exposiciones temporales, la biblioteca, parte de los almacenes y las oficinas. Otro edificio de 3.000 m2, ARQVATEC, donde se localiza el laboratorio de conservación y restauración de bienes empapados en agua, un almacén para ánforas y otros materiales arqueológicos, así como las instalaciones de náutica y buceo.
El Museo Nacional de Arqueología Subacuática ha sido incluido en el Registro de buenas prácticas de patrimonio cultural subacuático de la UNESCO
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