El Comité de Huelga del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes ha presentado en rueda de prensa un calendario de paros y movilizaciones que se van a llevar a cabo durante el mes de abril para protestar contra la decisión del gobierno del Partido Popular de privatizar el Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música y los teatros nacionales.
La plantilla exige la inmediata paralización de esta “maniobra privatizadora”, de la que tuvieron conocimiento el pasado 10 de marzo y sobre la que apenas están obteniendo información, que pretende llevar a cabo una fusión entre el Teatro Real y el Teatro de la Zarzuela. El Comité de Huelga, conformado por los sindicatos CGT, UGT, CCOO y CSIF, ha insistido en obtener la memoria económica del proyecto del Real Decreto sin éxito.
Según los representantes sindicales, si esta artimaña se consuma dará lugar a una privatización progresiva de los teatros nacionales, la destrucción de puestos de trabajo, la ausencia de artistas españoles en las producciones, la desaparición paulatina del género lírico nacional y la subida de precios de las entradas. También han explicado que este es un proyecto elaborado entre Gregorio Marañón, director del Teatro Real, y el Secretario de Estado.
Las trabajadoras y trabajadores han considerado que las protestas deben realizarse en todos los centros de trabajo pertenecientes al INAEM, que consistirán en paros de 2 horas durante el mes de abril. Estos paros aumentarán o se paralizarán dependiendo del desarrollo de las negociaciones. Las concentraciones coincidirán con los horarios de los paros y se harán en las puertas de los centros de trabajo, a excepción del que se llevará a cabo el 12 de abril en el Teatro Real.
El primer paro está fechado para el 5 de abril, coincidiendo con el estreno de la obra ‘Policías y Ladrones’ por considerarse esta como una fecha clave y porque son los compañeros y compañeras del Teatro de la Zarzuela quienes tienen que empezar a hacer visible el malestar que se tiene.
La plantilla del INAEM asegura no entender esta “política cultural” cuando una de las funciones que debería desempeñar el Estado es la protección de la cultura popular y recriminan al gobierno que quiera privatizar con la excusa de mejorar algo que funciona.